jueves, 24 de septiembre de 2015

Me gustaba su sonrisa y sus chistes malos, las esmeraldas de su rosto, su voz, su perfume. Me gustaban todas y cada una de las palabras y miradas que me dedicaba, me gustaban nuestras conversaciones, aunque algunas no tuvieran mucho sentido. Me gustaba pensar que tal vez, si algún día yo desapareciera de su vida, me extrañaría, aunque fuera un poquito. También me gustaba pensar que él me había elegido a mí, la chica de ojos oscuros, sonrisa rota y consumida por la tristeza y la inseguridad. Me gustaba caminar a su lado sintiéndome segura, pero segura de mí misma. Me gustaba sentir sus labios. Me gustaba cuando su mano tocaba mi pelo. 
Ya no me gusta. 
Ya no me gusta, porque ya nada de eso volverá a repetirse, y daría tantas cosas por pasar uno de esos días a su lado, pero que esta vez fuera eterno, porque de amores efímeros rápido me he cansado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario